Mis Raíces Olvidadas y la Importancia de la Representación Cultural en los Grandes Medios de Comunicación

Hace poco una tía me pidió que escribiera una historia corta que tuviera que ver con el dragón y/o el ave fénix. Investigando un poco me topé con información súper interesante sobre sus orígenes mitológicos y sus lugares dentro de la cultura china. Terminé escribiendo sobre esto mismo y tuve una revelación: he dejado mi cultura china a un lado. Luego me puse a pensar en el por qué.

Decidí comenzar mi investigación por algo que siempre me ha maravillado cuando voy al restaurante Lung Fung: la pintura ubicada en las escaleras que llevan al primer nivel. Esta retrata lo que pareciera ser una épica batalla entre un dragón y un ave fénix. El concepto de dos fantásticas criaturas mitológicas rompiendo el cielo alrededor de las montañas más remotas del continente oriental siempre había cautivado mi imaginación.

Iniciando con el dragón descubrí lo siguiente: la cultura occidental por lo general ha presentado a los dragones como criaturas malévolas; símbolos de destrucción, orgullo y avaricia. En la mitología china, los dragones son presentados como criaturas benevolentes. Son símbolos de poder, fortuna y fuerza. Conceptos usualmente atribuidos a la energía generalmente considerada masculina. Por esta misma razón el dragón se relaciona con el Emperador. Dato curioso:  en la cultura china el dragón tiene dominio sobre el agua (símbolo de purificación y fertilidad), no sobre el fuego, como hemos aprendido a través de la representación occidental de este mismo. 

A continuación, aprendí que anteriormente el ave fénix era, en realidad, dos aves. Se les conocía como Feng (macho) y Huang (hembra) y representaban símbolos de yin y yan. No fue sino hasta la Dinastía Yuan (1271–1368 AD) que combinaron a ambas aves en una sola, la cual es la que conocemos hoy en día. A esta se le atribuyen cualidades generalmente consideradas femeninas, ya que se relacionaba a la Emperatriz, como pudieron haber supuesto.

Finalmente, aprendí que mi concepto sobre la épica batalla en las escaleras del Lung Fung tal vez fue influenciado fuertemente por la violenta representación occidental del dragón, ya que, en la cultura china, el hecho de que el fénix y el dragón se encuentren en la misma obra simboliza armonía matrimonial, amor y unión. Son opuestos que, juntos, crean un balance necesario.

Esto me pareció un poco gracioso. A partir de este concepto, podríamos tomar esta pareja como la representación de nuestra fuerte unión familiar. En mi familia tenemos a muchos individuos con la energía del dragón: personas honradas, sumamente fuertes pero gentiles, sin embargo, razonablemente feroces cuando es necesario. Estas mismas personas sienten el deber de extender una mano a aquellos miembros que la necesitan. Brindando su agua purificadora para ayudarnos a deshacernos de cualquier mugre negativa que nos pudo haber manchado.

Y también tenemos a aquellos miembros que, como el fénix, cuentan con la habilidad de transformar una situación mala en una buena.  Y en caso de que algo salga mal, nos ayudan a resurgir; mejorados y con una disposición aún más grande para mantener la armonía en nuestros alrededores. 

Así como las energías opuestas que representan estas criaturas, en nuestra familia tenemos múltiples diferencias entre nosotros. Pero son diferencias necesarias para mantener el balance y la armonía de nuestra unión. Que aburrido sería si coincidiéramos en absolutamente todo.

Durante la investigación, me encontré observando rendiciones artísticas sobre el posible aspecto de estas criaturas de leyenda. Recordé el orgullo que había sentido cuando vi la primera película de superhéroes de Marvel con un protagonista chino, “Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos». Dentro de ella se exploran temas que muy poco había visto en la pantalla grande, en parte porque, hasta el momento, los grandes estudios no se habían permitido explorar las ricas culturas que en occidente se consideran estadísticamente minoritarias. Por ejemplo, uno de los personajes principales ha contado con muchas herramientas de vida y oportunidades brindadas por su familia, pero al inicio de la película revelan que este personaje trabaja como valet parking. Lo cual no tiene nada de malo pero debido a que, tradicionalmente, las expectativas que tienen los padres sobre sus hijos en las familias chinas terminan siendo muy altas este personaje se halla alienado de sus padres y de su propia cultura. Consecuentemente pierden de vista el lado bueno de esta misma, como lo es el énfasis en el valor y la importancia de la familia, aspectos de la filosofía del budismo zen y ciertos rituales arraigados en estos mismos

A lo largo de la película me sentí identificado con esta y otras situaciones por las cuales otros personajes estaban pasando. Me dio mucha felicidad y orgullo poder sentirme así en una sala de cine, algo que no sabía que me hacía falta. Finalmente veo un poco de buena representación de nuestra cultura en estos grandes y populares medios de comunicación. 

Gracias a esta pequeña investigación y al orgullo de ser chino que me hizo sentir esta película, me di cuenta de que aún hay muchos aspectos de nuestra cultura que tal vez hemos dejado a un lado debido a la fuerte influencia occidental a la que hemos sido expuestos al vivir en Panamá o los EE. UU. A mi parecer, vale la pena explorarlos, agarrar aquellos conceptos que serían interesantes para aplicar en nuestras vidas individuales y en nuestras dinámicas familiares. Siento yo que estos aspectos culturales le dan un poco más de importancia a la unión de todos como un pueblo y a los valores familiares, los cuales me parecen ser más sostenibles que los valores actuales. 

Concluyendo, investigar sobre estos aspectos de nuestra cultura china sería una buena manera de reconectar con nuestras raíces orientales. Sé que hay muchas otras personas, sobre todo jóvenes como yo, que les agradaría esta idea de encontrar valor en algo que tal vez han dejado en el olvido o no se han dado la oportunidad de explorar.

Rafael Martínez Sing

Rafael Martínez es un administrador de empresas, graduado en Lindenwood University. Actualmente es agente de servicio al cliente, soporte y servicio en Sitel Panamá. Es la cuarta generación de chinos en Panamá.

Rafael Martínez SingMis Raíces Olvidadas y la Importancia de la Representación Cultural en los Grandes Medios de Comunicación

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