Tras más de 168 años, ya el típico panameño se acostumbró a nosotros, nos soportan (todavía nos distinguen como “chinos” pese a que nacimos por varias generaciones en este suelo), y claro, hasta ahora, nos quieren un poco más. Pero ciertamente, somos sus vecinos, compadres, el chinito de la tienda y hasta en su sangre posiblemente tienen algo de chino. ¡No se diga de la comida, que ya prácticamente es panameña “el desayuno chino”!

Pero desde el 2018, o posiblemente antes, llegan diferentes olas de emigrantes, dado por las diferentes crisis de esos países. Inicialmente eran colombianos con suficiente capital para residir legalmente, invirtiendo (más bien comprando) las empresas creadas por familias panameñas (Pascual, Café Durán, Bonlac, etc), y luego los venezolanos que también lo han hecho así, pero también han emprendidos propiamente sus negocios desde cero. Claro entre el medio llegan tanto colombianos y venezolanos con menor recursos que se integran entre los panameños como empleados. Y hay bastante nicaraguenses que nos ayudan en el sector del hogar.

Sin embargo, por ser latinos su trámite para solicitar residencia es mucho más fácil que para un paisano. Lógicamente tienen que pasar por el tortuoso sistema de la Dirección de Migración y la de Mitradel para su respectivo permiso de residencia y trabajo. Y según su capacidad de pago, y si su nacionalidad está con la política de “Amigos de Panamá”, sus trámites se procesarán.

Tengo varios amigos colombianos y venezolanos, lastimosamente esas 2 nacionalidades no están incluidas en lo del “Amigos de Panamá”, ya ustedes se imaginan por qué, hay bastante demanda, y los precios para esas solicitudes suben como las burbujas de una cerveza vertida en un vaso. Pero al final si pueden conseguir su trámite. Ahora, lo que si pueden hacer también, para ir saliendo de esos “favores” es ir haciendo sus declaraciones de renta, pagar sus impuestos y en cuestión de 2 años, pueden optar por conseguir sus propios apartamentos, y posiblemente a menor costo que pagar su alquiler mes a mes.

Al venir de un país con mucho más habitantes que Panamá, por lo general emigran personas con mucho talento y experiencia, y con esa capacidad del típico emigrante: “trabajar duro para salir adelante y establecerse». Pero también se las rifan de no hacer una declaración de renta para evitar “gastar” en lo que les parece no necesario. Solo siéntese con calma con un amigo contable y pídales toda la información. Igual que si aplica para la Caja de Seguro Social como voluntario se ayudaría mucho en caso de una gran enfermedad o accidente. Sé que nuestro CSS no es eficiente, pero si encuentra la ayuda dentro del sistema, les puede servir bien.

Les comparto otra paradoja, el sistema de salud privado prefiere recomendar a sus clientes que vayan a Colombia a atenderse las cirugías, en vez de hacerse en Panamá. Eso quiere decir que hay buena capacidad técnica allá y a mucho menor costo.

A mis amigos emigrantes, ciertamente Panamá no es como su terruño, pero si podemos abrir nuestros brazos para darle la bienvenida mientras busca un mejor futuro.