Cuando compramos un traje de buena calidad, el tejido tiene una mejor caída (como proyecta la tela), corte (entalle al cuerpo), y presentación (frente, solapa, hombreras, etc.). Este debería ser de lana tropical, Super 100 o más, lo que hace que el traje no se arrugue, y luego de usarlo basta colgarlo y la tela vuelve a su estado original sin necesidad de planchado. Lo cual sólo se consigue si el tejido es de buena calidad, lo que a la larga se convierte en un ahorro significativo, además de estar bien presentable para la ocasión.
Es muy importante en el ámbito profesional invertir en nuestra imagen, eso no significa tener mucha ropa, sino piezas básicas de buena calidad, que nos duren y se mantengan siempre como recién compradas.
No es tener mucho, es tener lo necesario, que sea versátil para combinar. Lo que compremos, aunque cueste un poco más, debemos asegurarnos que el corte y textil usado sean de materiales óptimos para que éste nos dure muchos años.
Un buen traje, utilizado de forma regular puede durar muchos años, siempre y cuando, le demos los cuidados necesarios: lavado en seco en Lavanderías que tenga buena tecnología para limpieza adecuada de nuestras prendas.
Damos ejemplo como los de Jack Victor y Mirto.