Esposa, madre y profesional. Ser esposa, madre y profesional no significa ser una mujer maravilla, es aprender a trabajar en equipo con los que nos rodea
Tanto en la antigüedad como en la actualidad, el papel de una mujer ha sido y es dificultoso por las múltiples responsabilidades que acarrea. Hasta el siglo pasado, la mujer vivía bajo la sumisión total dentro del hogar, hoy en día hay más oportunidades y más dificultades.
El querer ser profesional ya sea por necesidad o por satisfacción personal ha obligado a muchas mujeres a posponer las funciones de esposa y madre; sin embargo, al lograr el éxito profesional, en algunos casos es difícil formar una pareja o ser madre, ya sea por edad avanzada o por falta de tiempo.
Como mujer cristiana, he experimentado que no hay nada más satisfactorio que estar acompañada por un esposo y disfrutar de la experiencia de ser madre. Por más inteligentes y exitosas que seamos esa experiencia no se equipara a la profesional, ya que las dos nos complementan como mujer. Me pregunto qué nos satisface más: ¿haber sido una buena esposa, madre y abuela o una mujer exitosa pero sola?
No todas las mujeres obligatoriamente deben casarse, ni ser madres y esposas sin una educación profesional, se debe tener un equilibrio ya que cada etapa tiene su tiempo. Probablemente, no se deba ser ambiciosa deseando títulos, a menos que no se esté interesada en desarrollarse como esposa y madre, lo cual es lo menos frecuente. Lograrlo no es fácil ni imposible, hay que aprender a evaluar en qué etapa de la vida conviene desarrollar cada cosa.
Es lógico iniciar la vida con el estudio universitario, en la actualidad las maestrías y doctorados requieren de experiencia laboral, por lo cual, estas se pueden realizar llevando a cabo otras ocupaciones; el error de muchas mujeres es lograr esos títulos posponiendo la oportunidad de formar una familia.
La edad ideal para casarse son los 30 años ya que se ha alcanzado madurez sin adquirir malas costumbres de adultos mayores; también es la edad ideal para tener hijos, hay mayor riesgo de complicaciones de embarazos o hijos enfermos antes de los 25 años y después de los 35; tampoco es recomendable tener hijos a edad muy avanzada ya que los primeros 5 años de los niños requieren de mucha atención y energía. En resumen, es aconsejable
Saber cuál es la capacidad de cada mujer, conocer los límites (Multitasking), no asumir papeles que no corresponden: el líder del hogar es el esposo, quien toma las decisiones finales. Recordar que la familia está compuesta por dos padres, por lo tanto distribuir las tareas del hogar como un trabajo en equipo. Los quehaceres de la casa no tienen género y cuando los hijos crecen, pueden ayudar, por lo que probablemente se tenga tiempo para alcanzar logros profesionales.
Aprender a ser paciente, no se puede tener todo a la vez: “El que mucho abarca poco aprieta”. Los niños en algunas etapas son más dependientes, habrá momentos para ajustar las cargas laborales para poder llenar sus necesidades.
No olvidar al esposo, dedicarle tiempo, cuando los hijos se independicen y te jubiles, el único que se quedará a tu lado es tu esposo.
Proverbios 31: 10-31 es la descripción de la mujer virtuosa, ¡esa debe ser la meta! Ser esposa, madre y profesional no significa ser una mujer maravilla, es aprender a trabajar en equipo con los que nos rodean.