Dichos inolvidables pensamientos conmemoran a aquellos héroes sin capas, quienes en el ayer, con bajos recursos y con muchos impedimentos se integran a la nación panameña y participan en su desarrollo desde diferentes estadios de aculturación, asimilación y comercio. Hoy, integrados a este país diverso, siguen aportando lucidez, conocimiento y vida a una sociedad que muchas veces, no aprecia, ni percibe cuán grande es ese aporte. Los principios y valores milenarios, además de los lazos de confianza y la lealtad de los primeros inmigrantes chinos que ocupan ciertos artículos, añaden una fuerte motivación a la realización de este escrito.
La palabra BULLYING que ha sido enfocada al ámbito escolar, la asimilo hoy a esos recuerdos de acoso de nuestra vida en sociedad.
Recordar algunos nativos de éste país, que con sus palabras soeces y epítetos a nuestra raza, invadían nuestros pequeños comercios, desencajando nuestras ganas y ánimos de buenos comerciantes. De igual manera, la burla a nuestro idioma y a nuestra apariencia eran parte de nuestro acontecer diario; sin embargo, nuestros padres, nos enseñaron a ser sumisos y disciplinados a aquellos acontecimientos. Nuestros padres, refiriéndonos a toda esa generación humilde y trabajadora, actores principales de mi relato, quienes muchos no llegaron a una educación secundaria en su país, no escatimaron en sus esfuerzos y recursos para convertirnos, a ésta mi generación, en grandes profesionales al servicio de la patria que nos vio nacer.
Hoy en día recuerdo, pero reconozco, que no se ve tanto ese irrespeto mi raza china, ya que nos hemos ganado ese lugar como comerciantes y profesionales en ésta sociedad, sin embargo, no creo que sería muy exigente un mayor reconocimiento de nuestra aportación en la historia, cultura y economía de Panamá. No obstante, debemos agradecer a ésta tierra que nos acogió, como inmigrantes para trabajar y vivir en ella.
No quisiera que mi relato, se vea empañado por una mala interpretación de protesta, sino que establezca nuestro sentir y enaltezcan ese esfuerzo de “Los Chinos en Panamá” por integrarse a esta sociedad, para brindar ese aporte social y económico.
Aunque, nos anima pensar que hasta el pasado período presidencial fue creado nuestro bien merecido “Consejo Nacional de la Etnia China en Panamá” y que a partir de éste periodo se celebrará nuestro AÑO NUEVO CHINO como “evento país”; esperamos que no sea un endulzante para nosotros y volvamos a retroceder en el reconocimiento que nos merecemos por esfuerzo.
Conmemorando pronto la celebración del año nuevo chino 2022, enaltezco a nuestros antecesores, en el emblema de la valentía y fuerza que simboliza la figura del tigre de agua en el horóscopo chino. Anhelando el fin de todos los males que nos aquejan y manteniendo la fé, que nuestro sentir, haga el énfasis en aspirar a vivir en sociedad sin las desavenencias de razas y placeres políticos.