Toda la vida admiré la cultura china, y lo curioso es que soy la única hija de 5 que salió con «ojos jalados» en una familia latina.
La vida quiso que ingresara a la cultura china por medio de mi esposo y su familia. Fue como entrar a mi verdadero hogar. Ir a Nuevo Hung Seng, sentir los olores, y escuchar el coloquio activo de las paisanas es para mi divertido y relajante.
He aprendido mucho, mucho, pero hay una frase muy importante que aprendí de mi suegro, Don Luis Carlos Lee S., y es «ojo pa’ que ve». Es su versión de «ver para creer» dicha en su español peculiar, y se aplica a cada momento de decisión, significa: no creas algo importante sin investigar, no compres plantas que parezcan bonitas si no la jalas para ver que tienen raíz, revisa la cuenta del restaurante sin sentir pena, mira la pesa que esté en cero y que no la sujetan etc. Esa frase la decimos en forma jocosa, pero es el aviso familiar de que las alertas están puestas ante un hecho que necesita echarle ojo.