¿Por qué una Constituyente? Panamá se maneja hoy día con una Constitución Política que data de 1972 y que se encuentra desfasada en el tiempo, ya que fue redactada y aprobada en la época de la dictadura militar que nos gobernó desde 1968 hasta 1989. A esta constitución se le han hecho algunas reformas o como le dicen, “parches” que han ido ayudando de a poco y en las circunstancias que se han presentado. La sociedad, los panameños, hemos venido presionando desde hace años para cambiar el formato militarista que tiene el documento y adecuarlo a los tiempos modernos. Hay puntos importantes que modificar o mas bien reescribir: como limitar los poderes del presidente de la república; reglamentar el nombramiento de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia; eliminar el amarre que hay que los Diputados o Asamblea juzga a los Magistrados y estos a la propia Corte, la asamblea juzga al presidente y así darle forma para que no haya las componendas a las que nos vemos sometidos que no hacen más que darle más impulso a la corrupción y al tráfico de influencias.
También eliminar de plano que la Asamblea Legislativa y sus diputados puedan manejar fondos los cuales son utilizados para nombramientos políticos y las famosas botellas “cobrar sin trabajar”; toca también entre otras cosas limitar eliminar los circuitos electorales, los que se han convertido en fincas para que lo electos por estos sean los amos y señores de lo que en estos suceda. Hay que retomar la elección de los diputados provinciales y los diputados nacionales ya que el cargo es para hacer leyes nacionales y no estar velando en ayudar a los cuarenta y tantos circuitos electorales; no dejar por fuera los mencionados representantes de corregimiento y llevarlos a algo más funcional. Revisar, por mencionar algunos temas, todo lo relativo a la justicia, salud, vivienda, alimentación, seguridad social, el régimen político y la educación.
Una reforma de esta magnitud debe de hacerse por personas notables y elegidas única y exclusivamente para esto, lejos de cualquier partido político y quienes resulten escogidos deberán en un tiempo razonable producir un proyecto, el cual debe de llevarse a la votación nacional para aprobar o no y luego darle curso. Este procedimiento ciudadano es vital que sea llevado en paz y concordia entre los que habitamos este país, pero como esta nueva constitución tocará todos temas nacionales, hay quienes pretenden que no se haga y hacen lo imposible por el boicot. Así lo vimos en los dos últimos gobiernos y el actual. Por eso la sociedad se organiza para recoger casi 600,000 firmas para hacer de esto una obligación. Llegó el momento¡¡¡¡